sábado, 10 de enero de 2015

APRENDIENDO A ESCRIBIR



APRENDIENDO A ESCRIBIR

Desde hace unos meses estoy escribiendo y compartiendo mis experiencias en un blog.
Esto empezó con las ganas de una amiga de contar historias o pequeños cuentos, me convenció y empecé, ella por falta de tiempo abandono sin ni siquiera empezar ja ja.
Yo me estoy enganchando a esto, no sabía que me gustaría tanto expresar con palabras las emociones sentidas en ciertos momentos.
Al principio me surgen dudas y miedos, esto lo comparto con un amigo, el me alienta a que escriba, que me deje llevar, que exprese lo que llevo dentro, enseguida sale el primer cuento y con el apoyo de este gran amigo, que a la vez es escritor, empiezo.
El se convierte en mi fan numero uno y es el primero en leer todos mis post, aunque no sé si es muy neutral porque le gustan todas mis historietas ja ja.
Se ha convertido en una vía de escape magnifica, ya que al expresar en el papel situaciones complicadas, es como si se liberara de mi cuerpo ese exceso de carga.
Sobre todo me va fenomenal, cuando la carga es alguna rabieta, en ese momento es todo tan visceral y tan intenso, que siento como los órganos se constriñen, como si una gran mano asiera el estomago y lo dejara diminuto y sin capacidad de tragar nada, ese estado me deja sin aliento, asfixiada en mi propio pensamiento, los pulmones se empequeñecen, las tripas revueltas se suman al caos que alguna emoción desencadena y caigo en una tristeza profunda.
Aunque he de decir, que cada vez, son menos los momentos que me quedo hundida en un pozo oscuro, sumergida en las tinieblas de mis propios miedos.
Hay a veces, que siento como mi cuerpo lucha por liberarse de esa presión y noto como se contorsiona hasta la medula, para lograr escapar de esa enorme garra, consiguiendo salir airosa del enfrentamiento, en ocasiones ayudada por la expresión escrita, así el combate es más breve.
Otras veces siento como las células saltan vivarachas de alegría, noto como además de no estar estáticas, ya que van navegando por el torrente de mi organismo, vibran y las veo con caritas de los emoticones sonrientes de felicidad.
En algunas ocasiones, veo una gran luz, con grados de intensidad, como filamentos que recorren el espacio interior de la piel comunicando órganos, músculos o huesos. Hay tanta luz que aun con los ojos cerrados la puedo ver.
Estas son las ocasiones en las que estoy en estado de júbilo, que realmente son muchas más, me entusiasmo con facilidad, estoy enamorada de la vida y esto también lo puedo decir con frases cargadas de sentimientos.
Echo mano del léxico, para hacer mi terapia personal y así, hacer una limpieza rápida para que no se enquiste ninguna cavilación.
Desam. Ferrández

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