jueves, 26 de marzo de 2015

CAPERUCITA



CAPERUCITA
Había una vez una adolescente alegre, siempre con la sonrisa preparada en sus labios, miraba a los ojos, era sincera, transparente, ayudaba a la gente en lo que podía y aunque vivía en un mundo de lobos, era feliz. Sus amigos no entendían como podía reír tanto, ya que conocían la vida que llevaba.
Su mama le obligaba a ir todos los días a llevar comida a su abuelita, esta era como Caperucita, siempre contenta, jovial. Sus piernas ya no acompañaban a su cerebro, todavía despierto y con ganas de dialogar, por eso Caperucita le tenía que llevar el alimento. La nieta, nunca se quejaba de los kilómetros que separaban su casa de la cabaña de la yaya, aunque sí pensaba, que sería más fácil si la viejecita viviera con ellas en su hogar, pero claro está, la madre no lo permitía.
La niña no entendía que pasaba con su madre, ni porque odiaba tanto a la anciana. Para ella era la abuela perfecta, las dos se pasaban horas charrando, tomando limonada y riendo. Cuando la pequeña llegaba a casa y le contaba a su madre lo que se habían reído, esta montaba en cólera y le mandaba a fregar el suelo, no quería que le contara nada de esa bruja, a la cual, estaba obligada a mantener con su precario sueldo. Todo el día trabajando de sol a sol, para llegar a duras penas hasta final de mes, la tenía muy cabreada con el mundo y hasta con su propia madre.
Caperucita para llegar a la choza debía de cruzar el bosque, un lugar con espesa vegetación y todo tipo de animales, había un lobo que se unía al camino con caperucita, porque esta siempre le llevaba algo de comer y ya se habían hecho amigos. Al principio le había dado miedo, pero este se mantenía en la distancia, observándola…Hasta que un día una zorra se dispuso a atacar a Caperucita, entonces salió el lobo defendiendo a la niña, por lo qué la zorra tuvo que huir con el rabo entre las piernas, desde entonces la muchacha tiene un nuevo colega, el lobo. A partir de ese momento  Caperucita habla con su amigo, también  con el resto de bichos del bosque. Sin miedo y con su risa, atraviesa la distancia hasta llegar al destino.
La quinceañera cantaba por el camino, daba gracias a las flores por adornar de manera tan bella ese lugar, también agradecía a los animalitos por poder disfrutar de su color, de su actividad, valoraba cuanto le rodeaba, por la paz que le aportaba y así fue creciendo feliz y con un corazón tan grande que abarcaba todo su pecho, amaba todo cuanto podía ver, desde ese hermoso lugar hasta todos sus amigos y familia.
Colorín colorado este cuento se ha acabado. Aunque para mí es un ejemplo y no un simple cuento.
Desam. Ferrández    


sábado, 21 de marzo de 2015

ABRAZOS



EL DIA DE LOS ABRAZOS
Como explicar el gran regalo que significa para mí, cuando hago las quedadas de abrazos, todo lo que diga es poco, cualquier palabra se queda sin significado, al lado de las emociones  que en mí se desencadenan.
En Magdalena hice dos encuentros, uno el sábado con los ojos vendados y otro el domingo sin venda en los ojos.
El sábado fue toda una experiencia, la primera vez que me quedo con los brazos abiertos esperando a recibir abrazos, oía a la gente a mí alrededor, debatían si me abrazaban o no, yo escuchaba atenta para intentar averiguar la decisión, otras veces no hablaban y venían directamente a abrazarme, ese momento único, intenso, el primer contacto, ese permitir que las auras se fusionen, son instantes mágicos.
El domingo la quedada era sin venda, “ahí ya estoy en mi salsa”. Porque digo esto, pues porque ya lo he hecho más veces y tengo cierta experiencia. Así puedo provocar los abrazos, porque yo sonrió,  hablo con las personitas, las veo, les pido que me den un abrazo, las incito. Al final acabo feliz, no, lo siguiente, eufórica y sintiendo como todas mis células están desbordadas de amor, de energía, calor… de hecho a las dos horas de acabar con el evento de los abrazos, tenía un calor sofocante, sentía en mi pecho y en mi panza un calor diferente, era un subidón de energía, una acumulación de felicidad. ¿Es posible tener una acumulación de felicidad? No lo sé, pero yo notaba como saltaban las células dentro de mi cuerpo, todas a la vez agitándose, como aplaudiendo contentas.
Es curioso la forma en que la gente abraza, hay para todos los gustos, unos me dan palmaditas en la espalda, otros me balancean, otros me aúpan, otros me estrujan como si tuvieran miedo a que me desvaneciera, otros me frotan la espalda, pero todos lo hacen con amor. La experiencia siempre es diferente, porque la gente es diferente y vienen a ofrecer lo que tienen desde la humildad a corazón abierto.
Yo solo puedo dar las gracias a todas las personas, que dejando de un lado las creencias, vienen a darme un abrazo, a todos mis amigos y familia, que son mis seguidores fieles, gracias, porque por ser así, yo puedo ser como soy.
Abrazadora vocacional.
Desam. Ferrández                   


domingo, 8 de marzo de 2015

MUERTE ORIGINAL



MUERTE ORIGINAL
Todavía me río recordando la comida de ayer.
Estuve con julia (hermosa mujer y amiga incondicional) comiendo en el vegetariano, un lugar muy acogedor y al cual hemos ido más veces, tanto por el menú como por las dueñas, que son un encanto.
Hacía meses que no nos habíamos reunido y le conté el viaje que hice a Madrid, no daba crédito a mi historia, yo misma cuando lo pienso, casi no me creo el desenlace, parece un cuento.
Estaba muy agobiada y decidí hacer una escapada a Madrid, me apetecía ir de museos, no pensar… callejear sin prisa y aunque no tenía planeado ir sola, al final ninguna amiga me pudo acompañar. Pensé mejor, así no hablo de mis problemas.
El sábado a mediodía, salí del primer museo y me dispuse a buscar un lugar con encanto para comer, cuando de repente sale un hombre de un portal y le cae una maceta en la cabeza, esto pasa a escasos metros de mí.
Me acerco corriendo, al igual que otras personas que se encontraban en la calle.
Una mujer enseguida se hace cargo de la situación, luego me entero de que es enfermera, otra llama rápido a la policía. Yo como observadora me quedo en segunda línea por si puedo ayudar en algo.
Miro el lugar, el hombre con la cabeza destrozada y rodeado de tiestos, la planta sin maceta ni tierra también yace en el suelo. Es una planta seca, casi sin vida, desmembrada por el impacto.
La escena es de lo más desagradable, pero permanezco allí por si… la verdad es que no sé porque no me he ido, siendo que esta todo controlado.
La policía hace acto de presencia, tras confirmar el incidente, llama al samur, que llega rápidamente.
Se acerca un policía muy amable y me pregunta si soy familiar de la víctima, le digo que no, que me había quedado por si me necesitaban, pero que ya me iba, el hombre al mirar mi rostro y ver que estaba blanca como la pared, me dice que  si voy sola que no me vaya todavía, la verdad es que mis pies parecen pegados al suelo, no tienen intención de hacer ninguna acción para largarse de esta escena.
Veo como secuencias delante de mis ojos, todos trabajando para atender al que ahora es ya un cadáver, no han podido hacer nada para recuperar al hombre. Vienen los de decesos y ya toman el mando ellos, alguien afanosamente limpia el escenario, vuelvo a fijarme en la planta, toda destartalada la tiran al contenedor.


Ahora me acuerdo que me iba a comer, pero la escena dantesca ha hecho que  pierda el apetito.
El amable policía al verme petrificada en el mismo lugar, se acercó para preguntarme si me encontraba bien, yo le conteste que sí, al no creérselo del todo, me cogió del brazo diciéndome, que lo esperara en la cafetería que había en la acera de enfrente y que en seguida vendría a tomarme los datos y así le podría describir los hechos, ya que yo era una testigo.
Le hice caso y me fui a la cafetería, tampoco tenía ninguna prisa. Me senté mirando el ventanal, para no perderme ni un solo detalle. Trascurrieron diez minutos y Julián, así es como se llama el policía, entro en la cafetería.
Mientras yo sorbía un té, el saco la libreta y empezó a hacerme preguntas, le conté lo sucedido y por supuesto, porque me encontraba allí. Hay que ver como es la vida, tengo que venir a Madrid para que un hombre se muera a mis pies, suena  irónico, pero me pille a mi misma con este pensamiento.
Julián se intereso por mí y esa misma noche me llamo por teléfono y salimos a cenar. Esta fue la primera cita, aunque no la única. En estos momentos Julián y yo mantenemos una apasionada relación, es un hombre increíble, jamás había conocido a ninguno con el que tuviera tantas cosas en común, estamos en constante luna de miel, también he de decir que llevamos solo tres meses juntos, aunque tengo claro que me gustaría envejecer con él a mi lado. Huy me estoy desviando del tema principal.
Vuelvo al incidente de la calle, Julián me contó, que la planta estaba en el balcón del domicilio del fallecido y q este mismo era el encargado de cuidarla.
La viuda había dicho a la policía, que hacía semanas que no la regaba, ya que él estaba muy triste y parecía que se lo había contagiado a la planta. La planta por su parte no tenía otro medio de conseguir agua.
La mujer, les comento que parece de locos, pero ella cree que la planta se movía, que aprovechaba los días de viento, para cambiar de lugar. Los agentes le miraban atónitos por el comentario, salieron al balcón y les indico el o mejor dicho los lugares donde la planta hacia vida, ese día hacia aire y probablemente la planta estaría muy hacia afuera y con la ayuda del viento se cayó, dando casualmente en toda la cabeza de su propio dueño.
La viuda les dijo: a ver si la planta quería suicidarse…….cubriéndose la cara con las manos, empezó a llorar desconsolada, entre gemidos decía, la planta ha matado a mi marido. No había consuelo para la pobre mujer, que tuvo que ser atendida por los médicos.
Yo recuerdo el estado de la planta, estaba rota, destrozada, casi muerta, pero no estaba triste. Esa misma noche luego de cenar, volvimos al escenario del crimen, abrí el contenedor de la basura, para ver la planta, con intención de rescatarla y plantarla en algún lugar, cuál fue nuestra sorpresa al ver que la planta no estaba en el contenedor, mire a Julián a los ojos y le dije, la mujer tiene razón, la planta ha matado a su marido, estaba harta de que no la cuidase,

de que no la regara, llego al límite, iba a morir de todas las maneras por lo que decidió y en defensa de su propia vida, poner remedio a la situación, aunque creo que se le ha ido de las manos, no hacía falta matar y fíjate si es lista que hasta ha huido.
Julián me dice, creo que has visto muchas películas ja ja ja y aunque tuvieras razón, no la detendría, me imagino el cachondeo de toda la comisaría.
Mientras nos dirigíamos al hotel, me dice ¿y si ha encontrado un alma caritativa que la ha cobijado y dado cuidados? Sería un final feliz.
Los dos nos reímos tanto que se nos saltaron hasta las lágrimas, sí que sería un final inmejorable, pero solo para la planta, porque por lo que respecta al hombre ya no tenía arreglo, había pasado a mejor vida sin darse ni cuenta, con una muerte muy original, asesinado por una planta.
Desam. Ferrández


lunes, 2 de marzo de 2015

REBELION



REBELION
Estoy en el taller con el coche, no sé qué le pasa, pero hoy no ha arrancado.
Mientras espero, me acuerdo de la conversación que tuve con Andrea, una compañera de trabajo. Hará una semana estábamos en la cafetería del curro y yo me estaba quejando del coche, le contaba que llevaba días dándome problemas. Funcionaba bien, pero a veces fallaba, sin ningún motivo aparente.
Ella me dijo, tía, si lo llevas hecho un desastre, no le cabe más suciedad, cuanto hace que no lo has lavado, o mejor dicho, ¿lo has lavado alguna vez? Está lleno de trastos, parece que siempre estés de traslado por la cantidad de cosas que llevas en el maletero, ¿no te das cuenta que es una extensión tuya? El feng shui dice que la casa ha de estar limpia y recogida, el coche igual.
Si claro, ahora me vas a decir que el coche se está quejando, si es un montón de hierro, ¡no habla! Que me estas contando Andrea, ya estas con tus tonterías.
Haz una prueba, háblale y lávalo, veras que no te da más problemas.
Voy a hacer algo mejor, no lo he podido arrancar y no he podido hacer la visita, te reto a que vayamos y si le hablas y consigues ponerlo en marcha, lo lavaré.
Allá que nos vamos las dos, le doy las llaves a Andrea, entra en el coche y le da los buenos días. Le digo, Andrea no me puedo creer lo que haces, ella siguió a su rollo, le dio las gracias por su trabajo, gracias por facilitarme mi trabajo, gracias por las horas extras que te toca hacer…. y un montón de cosas más, yo estaba alucinada y al borde de un ataque de risa, pero se me corto todo el cachondeo, cuando lo arrancó al primer intento, delante de mis propios ojos, sin hacer nada más que hablarle.
Andrea sale triunfal del coche y me dice, ya sabes dónde has de ir ahora, riéndose me dice al lavadero.
La verdad es que no le hice caso y el coche ha seguido dándome problemas, hasta ahora que ya he tenido que venir al taller.
Otro compañero también me dijo, Desam. los coches se ponen en huelga cuando no los tratas bien, que no te extrañe que el tuyo se rebele por el mal trato al que lo sometes, esos arrancones y frenazos tan bruscos, no son buenos, date cuenta que siempre vas acelerada y al límite, a él lo llevas igual, cualquier día te deja tirada.
No sé porque ahora me estoy acordando de esto, pero bueno, ahora lo mirara el técnico y sabré que es lo que tiene.
Después de una larga espera, viene el mecánico y me dice que no tiene nada, que está todo bien, que cada vez que ha  intentado arrancarlo, lo ha hecho a la primera.
No doy crédito a sus palabras, insisto, pero el también, lo saca del taller y me lo entrega.

Me quedo pensando y mirando el coche
Está bien, tu ganas le digo, has ganado una mejora laboral después de tu supuesta huelga. Te voy a lavar ahora mismo, luego aseare tu interior, e intentare ser más amable contigo. Aunque por si las moscas, no me atrevo a parar el motor.
¿Me estaré volviendo loca? Ahora soy yo la que le hablo a ojitos ¡lo acabo de bautizar!
Voy a comprobar de primera mano si Andrea y Roberto tienen razón, el coche lo necesito para el trabajo y estoy segura que no me costara nada hablar con ojitos, podemos ser hasta amigos, de hecho nuestras jornadas laborales son las mismas.
Desam. Ferrández