sábado, 18 de octubre de 2014

LA GORRA

LA GORRA


Hoy he hecho un entrenamiento diferente.
El día esta espeso, el ambiente esta denso y yo estoy muy realista  que no negativa, ya que lo que veo, es lo que realmente me acompaña.
Veo con total nitidez la basura que está en el camino y en sus alrededores, pienso en una gran aspiradora selectiva de basura, para pasarla por doquier, sin aspirar nada más que la gran cantidad de papeles, plásticos, latas y un largo etc.….. Que ensucia caminos, huertos, playas…….
Hay montones de brazos de grúas abandonadas, amontonadas en la nada, enormes torres de tendido eléctrico, que junto con las bajas y densas nubes, dan un toque macabro al ambiente, demasiado espeso para mi gusto, tanto que al darme cuenta, me tengo que liberar del gabán pesado que como una losa se adhiere a mi espalda, haciendo el entrenamiento pesado y más oscuro de la habitual.
Intento desviar la vista, en busca de flores que me alegren y sí, ahí están, pero si sigo observando, continúo encontrando basura y desecho de cosas, junto a las flores.
¿Qué pasa? Porque hoy, estoy tan consciente de que además de cosas lindas, también están las cosas, a secas.
Intento amar la lata abandonada, pero de verdad que me cuesta y juzgo ¿por qué somos así de abandonados con el espacio que nos rodea? ¿Por qué no amamos el lecho por donde pisamos?
Este camino lo he hecho otras veces, pero como siempre voy emocionada por la vida y por su hermosura, me había perdido esta parte, que también forma parte de la propia vida.
Sigo, el paisaje va cambiando, el sol consigue hacerse un hueco entre las nubes y el día empieza a resplandecer, pero sigo con la misma percepción y veo tanto el sol, pájaros, plantas, como los desperdicios acumulados en la cuneta y por todos los lados.
Empiezo a integrar la basura en el camino y dejo de darle importancia, aunque algo sigo llevando pegado, ya que no consigo sonreír como siempre. Es temprano y hasta ahora no me cruzo con gente, empiezo a jugar, me encanta flirtear con la mirada que se cruza con la mía. Je je je
Por fin llego al mar y su sonido me ayuda a desviar mi atención, aunque el suelo es lo que más veo en todo el recorrido.
Al finalizar de la ida, paro a almorzar y la vuelta se hace más ligera, un último tramo por la playa me libera de la tensión muscular y mental, me sienta fenomenal al sentir liberados mis pies y mi cabeza, ya que como son muchas horas he cogido la gorra, cosa inusual en mí.
Me siento más alta, que cosas pienso je je je.
Se acaba la playa y me coloco las zapas y la gorra y en ese momento soy consciente de que la gorra me impide ver el cielo, ver con claridad todo lo que me rodea, el grande y maravilloso todo y hace que pierda amplitud de enfoque, reduciendo el espacio que me rodea por encima, concretando la visión más baja y estrecha. Me doy cuenta de que por esto he visto más el suelo y menos el cielo, que fuerte!!!! Una simple gorra ha hecho que yo viera con cruda realidad, lo que hay a mi alrededor, está bien.
Por huir de la barrera de las gafas, me puse la barrera de la visera.
Estoy aprendiendo a entrenar, a escuchar mi cuerpo, mi cuerpo me habla aunque no siempre le hago caso, estoy aprendiendo a escucharlo, pero esto de la gorra no me lo esperaba.
Ahora tengo más compresión sobre una frase que en los últimos años se me repite
 “nada es lo que parece” si una visera es capaz de limitar mi campo de visión, cuanto limitara mi visión, mi pensamiento y mi predisposición hacia una cosa, ufff... no sabría qué contestar.
La lección me parece obvia, ver las cosas con y sin visera o para decirlo de otra manera ver las cosas desde varias perspectivas, para luego poder opinar que no juzgar sobre ellas. Conseguir ver las cosas como observadora distante, sin implicarme y sin juzgar, buen reto.
Tanto como otros retos que me pongo en la vida, solo para disfrutar más de todo lo que me rodea, no me quiero perder ni el más insignificante detalle, ya que creo que en las pequeñas cosas, esta la esencia de la vida y de la felicidad , vivir pequeños instantes irrepetibles.
Desam. a la búsqueda de soplos únicos de amor y felicidad. Como Dora la exploradora, yo exploro mi interior y mi exterior para encontrar mi propia paz, mi calma y mi anhelado equilibrio.

DESAM. FERRANDEZ

                                                                                                      

miércoles, 8 de octubre de 2014

UN PASEO EN BICI






 UN PASEO EN BICI
Hoy el día amaneció agradecido y me despertaron los pájaros con su canto.
Dispuesta a vivir un gran día, he empezado con un paseo en bici, regalos nada más empezar, es verano y los aviones que polucionan el cielo están de vacaciones, Bien!!!!
El cielo esta maravilloso, de un azul intenso, limpio y adornado con esponjosas nubes, soy incapaz de apartar la mirada de esta espectacular escena.
Sigo mi paseo y el siguiente regalo aparece a mi vista, el ayuntamiento de Benicasim ha puesto recolectores de aceite usado en la vía pública, BIEN!!!!
El espectáculo continúa y aparecen engalanadas, las barandillas de los balcones con toallas multicolores, descansando con desidia hasta que vuelvan a ser utilizadas.
Llego al vial verde y hay trafico jejeje, demasiada gente para la hora que es, pero también voy a disfrutar de esto, flirteo descarada con las miradas que se cruzan en mi camino. Como voy sonriendo, algunos me saludan, creyendo que los conozco y otros supongo que viendo la cara de felicidad que llevo.
Serpiente multicolor (como dirían los comentaristas de las carreras ciclista) de bicis y de gente, piernas entrenadas y camisetas ceñidas que marcan los cuerpos esbeltos de los deportistas.
Estoy feliz, me voy cargando con la energía que desprende el entorno, montaña, mar y cháchara distendida de los paseantes, todos despreocupados.
Bien!!!! Esta palabra la he repetido durante todo el recorrido, bien por todo, bien por el esfuerzo propio y bien por el esfuerzo ajeno, bien por el disfrute con el que estoy sintiendo este paseo, bien por los rostros cansados como animo hacia ellos, a saber, el recorrido que llevan ya andado y bien por mí, para darme ánimo para la vuelta, que sin querer he bajado el ritmo y me he encontrado con que el aire no va a mi favor jaja.
Observo el escenario, no quiero perderme ni un detalle, consiguiendo fotogramas irrepetibles. He captado la mirada de dos enamorados, un instante, en que sus miradas se han cruzado y han aprovechado para decirse TE AMO.
Otro instante en que dos perrillos se encuentran y olisquean el hocico del otro para ver si quiere jugar con él.
Instantes de felicidad en los pelotones por que van a disfrutar de lo mismo que yo.
No quiero dar la vuelta, quiero seguir en la misma dirección, pero he de medir mis fuerzas. Me queda toda la vuelta, llegar al origen de partida, para vivir otros instantes de mi propia vida.
Sigo deleitándome con el cielo, sus nubes que dejan pasar los rayos del sol, creando una imagen que ni el mejor cuadro podría superar.
Llego al destino exultante de felicidad, todo lo que me rodea es maravilloso, el paseo me ha recargado las pilas y me ha conectado con la naturaleza.
Para finalizar levanto la tapa del contenedor de basura y está lleno de flores, magnificas buganvillas moradas, hoy todo es bonito, hasta donde no espero encontrar belleza, la encuentro.
Amo la vida y soy feliz

Desam.