VOLVIENDO A NACER
La técnica metamórfica me ha sorprendido gratamente, tanto
que ya he hecho el tratamiento completo dos veces, o sea diez tratamientos con
su nacimiento.
Desde el principio he conectado muy bien con esta técnica y
sobre todo a nivel sensorial es una pasada.
Se utiliza un mudra para empezar y yo, antes de que me
toquen ya tengo sensaciones en la cabeza, como cosquilleo, este mudra tiene
mucha fuerza.
La primera vez tuve varias crisis de sanación, con las
consecuencias que esto conlleva, la segunda ha sido mucho más suave, pero el
último nacimiento ha sido increíble, brutal.
Quizás como ya había vivido uno, no me lo esperaba tan
intenso, sentí dolor, dolor físico fuerte en la cara, mandíbula, pero solo en
la parte izquierda.
Durante todo el tratamiento tuve contracciones, algunas
fueron leves, en cambio otras fueron fuertes, tanto que llegaron a convulsionar
mi cuerpo.
Varias veces me pille a mí misma, haciendo fuerza con el
cuello y cabeza, como intentando salir de algún sitio, aunque no fuera capaz de
ver donde estaba, me dolían los hombros, señal de que estaba tropezando con
algo de lo que no conseguía liberarme.
Algo que me llamo mucho la atención es la gran diferencia
entre el pie derecho y el pie izquierdo, esto pasa casi siempre, pero esta vez
había mucha diferencia, el tratamiento en el pie derecho (presente) se hizo
largo, ya tenía ganas de que pasara el tiempo que se le dedica a esta zona y
para contra el tratamiento del pie izquierdo (pasado), me paso volando, se
dedica el mismo tiempo, pero como este no es más que nuestra percepción, a mí
se me paso enseguida y era como que nos estaba hablando, a la compañera que me
lo estaba dedicando y a mí, diciendo, aquí ya está todo solventado, no hay nada
que sacar en este momento, digo en este momento, porque estoy segura de que aún
quedan más capas para liberar.
En las manos la diferencia apenas la note, en esta zona el
tiempo es muy corto.
No me dormí, ni hable en todo el tratamiento, no quería
perderme nada, quería estar presente total y lo conseguí, oleadas de energía
acariciaron mi cabeza, mi frente….
Luego mi compañera me abrazo, me meció en sus suaves brazos
trayéndome con ese gesto al ahora, ya que la cabeza me daba vueltas, estaba
mareada.
El anterior nacimiento fue completamente distinto, nos
fuimos a la montaña y en plena naturaleza naci, en este no hubo dolor, había
quietud, comunión con la naturaleza, silencio, respeto y un velo de amor y paz
me acompaño durante toda la sesión.
Gracias técnica metamórfica por haber irrumpido en mi vida.
Desam Ferrández
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