lunes, 19 de enero de 2015

VOLVIENDO A NACER




VOLVIENDO A NACER
La técnica metamórfica me ha sorprendido gratamente, tanto que ya he hecho el tratamiento completo dos veces, o sea diez tratamientos con su nacimiento.
Desde el principio he conectado muy bien con esta técnica y sobre todo a nivel sensorial es una pasada.
Se utiliza un mudra para empezar y yo, antes de que me toquen ya tengo sensaciones en la cabeza, como cosquilleo, este mudra tiene mucha fuerza.
La primera vez tuve varias crisis de sanación, con las consecuencias que esto conlleva, la segunda ha sido mucho más suave, pero el último nacimiento ha sido increíble, brutal.
Quizás como ya había vivido uno, no me lo esperaba tan intenso, sentí dolor, dolor físico fuerte en la cara, mandíbula, pero solo en la parte izquierda.
Durante todo el tratamiento tuve contracciones, algunas fueron leves, en cambio otras fueron fuertes, tanto que llegaron a convulsionar mi cuerpo.
Varias veces me pille a mí misma, haciendo fuerza con el cuello y cabeza, como intentando salir de algún sitio, aunque no fuera capaz de ver donde estaba, me dolían los hombros, señal de que estaba tropezando con algo de lo que no conseguía liberarme.
Algo que me llamo mucho la atención es la gran diferencia entre el pie derecho y el pie izquierdo, esto pasa casi siempre, pero esta vez había mucha diferencia, el tratamiento en el pie derecho (presente) se hizo largo, ya tenía ganas de que pasara el tiempo que se le dedica a esta zona y para contra el tratamiento del pie izquierdo (pasado), me paso volando, se dedica el mismo tiempo, pero como este no es más que nuestra percepción, a mí se me paso enseguida y era como que nos estaba hablando, a la compañera que me lo estaba dedicando y a mí, diciendo, aquí ya está todo solventado, no hay nada que sacar en este momento, digo en este momento, porque estoy segura de que aún quedan más capas para liberar.
En las manos la diferencia apenas la note, en esta zona el tiempo es muy corto.
No me dormí, ni hable en todo el tratamiento, no quería perderme nada, quería estar presente total y lo conseguí, oleadas de energía acariciaron mi cabeza, mi frente….
Luego mi compañera me abrazo, me meció en sus suaves brazos trayéndome con ese gesto al ahora, ya que la cabeza me daba vueltas, estaba mareada.
El anterior nacimiento fue completamente distinto, nos fuimos a la montaña y en plena naturaleza naci, en este no hubo dolor, había quietud, comunión con la naturaleza, silencio, respeto y un velo de amor y paz me acompaño durante toda la sesión.
Gracias técnica metamórfica por haber irrumpido en mi vida.

Desam Ferrández    







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