OTRA PATALETA
En días como el de hoy me doy cuenta de lo poco que he
evolucionado en un año. Estoy repitiendo la misma situación, idéntica, que hace
un año, con su consecuente pataleta.
La falta de energía hace que me pregunte ¿De verdad es esto
lo que quiero? La respuesta es un NO rotundo, me acuerdo de mis deseos
frustrados ¿Que es lo que haría hoy? Un domingo sabático, sin nada que hacer,
ni tan siquiera emplear la poca vitalidad que tengo en la lectura, mi pasión
favorita después de Internet jeje.
Como respuesta, imagino un pinar y yo en una hamaca
disfrutando del no hacer y de la naturaleza, los pájaros, insectos, cantos,
olores…mientras mi cuerpo físico empuja el corta césped, que es la tarea en la
que hoy decido emplear mi tiempo y mis ganas, pero hay una resistencia que me
hace escapar de esta obligación, porque ya ha llegado el ¡¡verano!!Obligación
que asumo cada quince días, tengo que cortar el césped antes que se desmadre y
entonces no pueda con él.
Siguiendo esta rebelión entre mi cuerpo y mi mente, dejo al
cuerpo que siga trabajando y me escapo de este cual fantasma sigiloso, para
disfrutar de otro estado donde el cansancio no se siente, pasa una mariposa y
me voy tras ella, cual Campanilla feliz de flor en flor, regocijándome en un
estado de alegría que consigue arrancarme una sonrisa.
Me vuelvo al cuerpo y siento el dolor, la fatiga, de repente
soy consciente de lo que hago y me siento mala persona, llevo años pidiendo
permiso a los árboles y plantas cuando los voy a podar, pero me doy cuenta que al césped nunca
le he pedido permiso, miles de plantitas bajo mis pies descalzos y me permito
ser selectiva, esto podría ser otra clase de racismo ¿Por qué los arboles se
merecen esa deferencia y el césped no? al cual corto si el menor respeto semana
si y semana no.
Me recreo en esta mísera situación, pienso, porque no la
cambio….pues porque hace treinta años adquirí un compromiso tan fuerte, que a
pesar de no estar firmado yo lo llevo grabado a fuego. Soy mujer de palabra,
pero en lugar de treinta años a mi me parecen siglos. Tome una decisión que
manejaría toda mi vida en una dirección, aunque en días como el de hoy me sublevo.
Podría cambiarlo, es cierto, pero no puedo asumir la reacción de esta acción. A
si es que continuo en este bucle en el que cada vez estoy más triste, a punto
del llanto por la impotencia, como una niña que no quiere hacer una cosa, pero
la obligan.
De pronto una voz me saca de mi pensamiento, me dice: Desam
puedes darle la vuelta a esta situación…. Le contesto sí, es cierto, puedo
aceptarla, saber que todo lo que pasa a mi alrededor es para mi propio
beneficio y tal y tal, pero esto ¿No es resignación? ¿Donde están los límites
entre aceptación y resignación? Las lágrimas ya empañan mis ojos y resbalan por
mis mejillas, observo mi cuerpo diminuto, cansado hasta el límite, a punto del
mareo, hoy súper woman me ha abandonado como un mal desodorante y entonces otra
pregunta ¿Por qué llevas a estos huesos al extremo del cansancio? ¿Por qué no
paras antes? ¿Acaso hay alguien que te diga que no te sientes? Yo misma me
flagelo.
Hoy precisamente hoy, que parece que la musa de las palabras
me ha poseído y no puedo parar a escribir lo que brota de esta mente desatada,
que está haciendo y viviendo en varios planos a la vez. Me paro, observo a mi
doble en la hamaca, campanilla revoloteando, mi cuerpo currando, mi mente
escribiendo y la otra mente quejándose del día de hoy. Cuanto más me quejo mas
cansada estoy, hasta tal punto, que no funciona bien ni la maquina cortadora,
la bujía hoy insiste en no hacer chispa, es la segunda vez que la tengo que
limpiar, piensa en esto Desam, los pensamientos son creadores y estas creando
una situación insostenible para tu enclenque cuerpo, ni el mejor cuerpo podría
con este boicot que tú misma te estás infringiendo.
Respiro, paro, respiro, vale todo es más fácil.
Entonces me acuerdo del año pasado, como llegue a casa,
necesitando la ayuda de mis amigos y arrastrando los pies hasta llegar a un
hogar vacio, que desde luego no me recibió con los brazos abiertos. Hoy tengo
la oportunidad de hacerlo mejor, y a ello voy. Espera pues entonces si he
avanzado algo, ¡¡Bien!! Me doy cuenta que el bajón me dura tres horas, en lugar
de doce. Bravo Desam, Bravo.
Vuelvo a pensar en la aceptación y el conocimiento del
límite de mi propio organismo ja ja, cada vez conozco mejor a mi cuerpo y sus
señales, este me dice que por hoy ya es suficiente, voy a hacerle caso, traigo
a todos mis cuerpos a este físico, para que este al completo, sonrío todavía
estaba Campanilla revoloteando y la otra en la hamaca. Es cierto que cada vez
lo hago mejor, a pesar de que si la situación se repite, es porque algo he de
seguir aprendiendo.
Soy muy fuerte, aunque mi apariencia sea de debilidad por mi
pequeño volumen, pero cuando mi pensamiento duda de esta capacidad me vengo
abajo no solo emocionalmente sino físicamente.
Ahora ya con el pensamiento positivo, rememoro la
experiencia y a mi mente viene EL PENSAMIENTO CREA Y YO CREO LO QUE PIENSO,
pero ¿Qué hago con lo que siento? Siento tantas cosas opuestas unas de otras a
la vez, que no doy a vasto a integrarlo. Estoy tan sensible y pasan las cosas
tan aprisa que el vértigo me invade muchas veces. Decido escuchar, aceptar y
aprender de esta circunstancia que seguro algo me enseña. Al final me digo a mi
misma esa frase que me gusta tanto: Desam. esto es para meditar.
Desam. Ferrández
No hay comentarios:
Publicar un comentario