UN VIAJE SANADOR
Acabo de llegar de viaje y no paro de dar gracias.
Llegar guardar las maletas, recoger, ponerme cómoda y
sentarme a meditar, para dar gracias y llorar de emoción.
Un viaje organizado desde el placer, desde simplemente para
desconectar y sin mayor intención que disfrutar, uff y he sanado, llorado,
emocionado, compartido, aprendido, conectado…..
Mis compañeras de viaje, dos hermosas damas, poderosas y
dulces.
En ellas se ven las batallas ganadas, en sus cicatrices se
ve la valentía, en sus manos trabajadas se aprecia la fuerza, la constancia,
pero también la humanidad, en sus ojos se desvela sus llantos, pero por encima
de estos se vislumbra el brillo que ilumina sus rostros amables. Este brillo,
es el resultado de las lidias vividas desde el amor. Guerreras incansables de
mil colores.
Y yo….
Luego de platicar durante horas, nos hemos dado cuenta, de
que cada una con sus peleas personales, ha llegado a un punto y en este hemos
convergido las tres.
Tres diosas derrochando felicidad, risa y amor.
¿Dónde me meto? ¿Dónde me lleva el universo?
Sin pensarlo, me dejo arrastrar y acabo conectando con
mujeres, con la feminidad, con el yin.
Algo que nunca he hecho…ahora hago cosas que nunca había
hecho jajá.
Me dejo llevar, sin planificar, dejándonos llevar por
nuestra intuición, atrás se queda la organización, el cumplir unos horarios,
unas metas.
En momentos hemos volado, nuestros pies no tocaban el suelo,
íbamos viviendo el instante, riendo, agradeciendo y siendo muy, muy conscientes
de lo que estábamos viendo.
Un regalo detrás de otro, hemos encontrado lugares hermosos
con gente encantadora, la amabilidad ha salido de las personitas que nos han
atendido en todo momento, desde su profesionalidad nos han hecho fácil la
estancia en una ciudad desconocida.
Ayer llorábamos de emoción en la comida, que privilegio,
comimos en Villajoyosa, en un rinconcito especial, nos regalaron con música de
acordeón, el mismo dueño del bar se puso a cantar amenizando la comida, la
gente comía a nuestro lado feliz, el músico acabo hablando con nosotras de la
música, de la fe y de la vida. Luego desapareció, no se fue a tocar a los bares
próximos, simplemente se acerco, nos deleito, nos dio el mensaje y se fue.
Cuando pasaron unos segundos y nos dimos cuenta del
obsequio, se nos saltaron las lágrimas, no podíamos ser más felices, que lugar
tan lindo, que maravilla de universo que nos agasaja con todo esto y qué bueno
que estemos en esta onda y podamos ser capaces de verlo.
Gracias, gracias, gracias.
Ha sido un viaje totalmente distendido y desde luego nada
esperado, por la magia que ha surgido en nuestro camino. No había intención y
surgió de lo más hermoso.
Todo en sintonía con nosotras, cualquier excusa era buena
para parar y tomar un café, e inmediatamente entablábamos una conversación
interesante, hablábamos de vibraciones, de la vida, de las emociones, del
sentir, todo sin prisa, era mejor la conversación, que la visita a cualquier
lugar.
Gracias preciosas compañeras de viaje, por compartir vuestra
sabiduría conmigo, por escucharme y desde el respeto dar vuestra opinión,
siempre sincera y sin juicio.
Sigo dando las gracias, por todo lo que he vivido, porque
hasta nuestros momentos de silencio, han sido reveladores del potencial que
tenemos y ahora soy consciente de ello y no, nenas no, ya no hay marcha atrás,
solo podemos ir hacia adelante.
OS AMO
Desam. Ferrández
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