sábado, 5 de julio de 2014

Mirando a unos ojos



OJOS
 
Hoy me he encontrado con un par de ojos.
Ojos grandes, como dos lunas en un rostro pequeño.                                
Negros, como el azabache
Profundos, como la noche
Ojos vivarachos y alegres, que brillan con las emociones.
Ojos que se inundan, con el dolor propio y ajeno.
Ojos atrevidos, que buscan experiencias en otros ojos.
Ojos sinceros, que mantienen la mirada, mientras hablan buscando lo mismo, sinceridad.
Ojos descarados, altivos, manteniendo la mirada alta y que se dan cuenta cuando la bajan o rehúyen la mirada del otro, que como inquisidor, juega el mismo juego y entonces se incomodan.
No son los únicos que mantienen la mirada, se cruzan con otros, que responden de la misma manera y si son ellos los que se retiran antes, se preguntan ¿Por qué? que tenía esa mirada que me hizo apartarla, quizás el mismo descaro, con el que ellos intentaban abordar a los otros ojos, como intentando ver el alma de esta forma.
Ojos inocentes, sin ningún atisbo de maldad, creyendo en el par de ojos que están mirando.
Ojos infantiles, jugando a saltar con la misma rapidez que un niño, sin pensar más que en disfrutar, ya que es, su tarea para el día.
Ojos sedientos de conocimiento, que persiguen al maestro o al entorno, que mas bebida le ofrezca en cada momento.
Ojos cálidos y amorosos, dispuestos en cada momento a reconfortar y a dar abrazos.
Ojos modestos, que reconocen ser iguales a los otros, como colegas del mismo camino.
Ojos sabios, por todas las experiencias vividas, repeticiones incesantes que sirven como recordatorio, pero que la mente parece olvidarlos y decide volver a vivirlos.
Ojos viejos, cansados de batallar toda una vida.
Ojos gentiles y amables, cediendo siempre la palabra al otro par que tiene enfrente, porque así crecen más, atentos a tantas y tantas experiencias como horas tiene el día.
Ojos insaciables, siempre atentos como grandes observadores, captando hasta el más mínimo detalle, ya que hasta en la pequeñez, esta la chispa más grande.
Ojos vivos, promotores de vida, trabajadores incansables, siempre con ideas y proyectos.
Ojos felices y agradecidos, agradecidos por ver, algo tan simple como eso, ver las bondades que nos rodean y los otros ojos que nos acompañan.

 

DESAM. FERRANDEZ

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